12.-
Una vez, casi al final de su vida, le preguntaron al psicólogo social Enrique Pichón Riviere por qué había invertido toda su energía en concretar tamaña obra. Y él contestó con humildad: “Para calmar la tristeza”.
¿Sabés una cosa, Amelia? Tengo, ahora que las ilusiones se acaban, el cuerpo entero atrapado y enredado en la tristeza. Es como una costra, como una mugre que me ha invadido, ¿sabés?, y que no sale con jabón y agua. Se trata de una mugre interior, pegajosa, llena de un polvo que lo ennegrece todo.
A veces, vos me has visto, en las mañanas cuando desayunamos, estoy todavía como borracho, agitado por haber logrado superar con muchísimo esfuerzo la gravedad, el obstáculo casi insalvable de lograr levantarme para enfrentar el día.
Afuera los rosales lucen florecidos e inmensamente bellos, está el parque lleno de pájaros y, sin embargo, igual, caen desde mis ojos, inexplicablemente, lágrimas saladísimas, redondas y gordas. Vos me preguntás con amor: ¿Qué te pasa, Mariano?..Nada, te respondo, vacío. Es sólo que estoy triste. El sol brilla, el verde enceguecedor de las plantas resplandece y veo, estúpido, a Rodolfo Bebán en mi cabeza, haciendo de Moreira en la película de Favio, herido de muerte y diciéndose, incrédulo:”¡Con este sol!...” La puta madre.
La tristeza, no sé por qué, me va construyendo día a día. Y está hecha de una parva de cosas incumplidas. ¿Todos los hombres llegarán así, al final de la carrera, del modo en qué yo llego? ¿ O es simplemente una puta enfermedad que me devora?
La vida, Amelia, a mi pesar, se escribe sobre el agua. Vos mirás fluir la corriente y no vez rastro alguno de tu acción. No se ve un carajo de todo lo que hiciste, de todo lo que fuiste. Mientras tanto el río se agita otra vez por las nuevas acciones que nacen espontáneamente de los otros, sin ninguna historia previa que las frene. Esperando concretar los resultados como si el mundo recién comenzara, nada más que porque son jóvenes y tienen derecho. La vejez es humillante, amor.
Ahora he aprendido a callar, a no replicar. Miro cómo cada joven empieza a escribir la historia que nace con él y de él. Sonrío con ternura, y dejo que el silencio me cubra con su noche, y también cierro los ojos para volver a atrapar y narrar empecinadamente mi pasado, sabiendo que no tiene importancia alguna para nadie. Pero no me importa. Me cago en eso. Lo único que cuenta es narrar. Contar ,antes de que todo sea olvido.
Qué empecinamiento absurdo, loquita; qué desmesura y qué insignificancia. Narrarlo para nadie. Narrarse inútilmente. A lo pavote. Como diría Marechal: “Solemne como pedo de inglés”.
Datos personales
- carlos lagos
- Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-
La Tierra del Arca
Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
ARTE TEXTIL
Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-
miércoles, 3 de marzo de 2010
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No puedo separarte de la escritura. Te leo y te veo. Y hay cosas que me duelen mucho... No puedo ser un comentador de estos textos que sé que están cargados de fragmentos de tu vida...
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