40.-
Plop…,pausa, y ¡PLOP!...Entonces revienta mi cara y saltan sin control lágrimas por los granos que la ocupan por entero a los diecisiete años. Ché, qué hombre sos ya, guacho¡PUUUSSSSssss!...y es como un plop acuoso y amarillento que se desliza por la mejilla como una vertiente. Por la mejilla de él, que soy yo. Me estoy viendo, y es una película con John Wayne en el cine copado por estudiantes secundarios, todos vagos, chapando, franeleando como leones; todos. Kuky, mi primer amor, el pelo de Kuky en mi nariz y en mi oreja, la derecha, ché. ¿ Es que me importa algo o me da vergüenza ser esta remembranza de Smith y sus Pelirrojos, ¿eh, Caimán?, escuchándolos en el tocadiscos del Salón de Invierno de la Fráter, con todos los muchachos aprendiendo el pasito del fox-trox para bailarlo el sábado en el “mate cocido”, porque ya no le decían más “té danzante”, en la confitería Ramírez de Concepción del Uruguay? Mate cogido pensaba yo (él) y me reía pero, carajo, siempre terminaba por dolerme algún grano de mierda, sabiendo que nunca, nunca, nunca podría pensar o decir frente a la Kuky lo de mate cogido, que por nada del mundo se podría pasar de besarnos a lo loco y amasar las tetitas hasta triturarlas. Mai beibe yes quer for mííííííí, etc. ¿ Y a la noche? Tan largos esos dormitorios con pisos de madera, tan de cuartel militar, con las camas alineadas , nueve en total, enfrentadas simétricas a otras nueve. Y dieciocho negros durmiendo o haciendo como que. Pero eran, también, siempre bajo las sábanas, carpas llenas de lucecitas rojas fumándose el último pucho del día después de que hubiera sonado la campana de silencio. Y nadie hablaba porque sino venía el celador de mierda y nos castigaba dejándonos sin salida el fin de semana. Aunque igual, algún valiente pegaba el grito que rebotaba con eco en los demás dormitorios, ¡ché, qué olor a pata!... y carcajadas por todos lados y entonces nunca faltaba un degenerado que contestaba ¡cállese, interno de mierda!..., acentuando la elle, y se desataba incontrolable el quilombo. Entonces era el relajo y una carcajada seguía a la otra, volaba una zapatilla, la luz se encendía sorpresivamente y el celador de guardia, ¿eh, Caimán?, ¿el gringo Sécora sería un hijo de puta, nomás?¡Abajo!...¡Todo el mundo al patio, carajo!...¡Y en calzoncillos, mierdas!...Y para qué te voy a contar la enormidad de saltos de rana en la noche alta, cagándonos de frío, y las escupidas que nos mandaba tirar contra una lamparita de 75 wats encendida, altísima; en el patio, como te dije, en pleno invierno, y con la consigna de apagarla a escupidas. ¡Tiren gargajos, pichicatos de mierda!... Esa lamparita que, quiero creer, seguirá todavía encendida cincuenta años después, detrás del busto de Ugarteche, en la Fráter. Mientras tanto alguno de nosostros creyéndonos unos tipos sensibles y únicos porque éramos capaces de llorar, pelotudos, viendo “Angustia de un querer” en el cine Rocamora con William Holden y Jeniffer Jones. Y los otros negros que, en cualquier momento, podían llegar a decirte mirá cómo llora este maricón. Esperá, esperá un poco, Amelia, dejame contar, porque sino un día de éstos voy a reventar del todo y llenaré de pus el ventilador. Y si yo reviento, mi mundo no existe más en la puta vida, dijo Sartre; no yo.-
Datos personales
- carlos lagos
- Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-
La Tierra del Arca
Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
ARTE TEXTIL
Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-
sábado, 7 de agosto de 2010
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