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Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-

La Tierra del Arca

Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.

ARTE TEXTIL

Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-

lunes, 25 de enero de 2010

4.-Creo que nunca es clara la razón por la que uno se decide a contar. O, para mejor decir,¿ a quién le puede interesar una referencia individual, siempre insuficiente? Sobre todo si se trata de una vida humana y, menos, si esa narración trata de uno, de los amigos, de otro tiempo que pasó hace rato.
En el entonces a que me refiero en el vocabulario de la gente no existían palabras como mercado, globalización o posmodernidad. Estas voces de ahora, sin mugre ,sin carne o sangre. Chips, plástico, cenizas que vuelan, para mí, al reverendo pedo…
El cielo del lenguaje de mi relato actual, entonces, estaba sin contaminar todavía y el sol calentaba la piel sin protectores o cremas. Mi alternativa es sumamente limitada. Voy a contar historias de gente que murió hace rato, desconocida, que he querido sin condicionamientos; de otros que aun siguen de pie absolutamente moribundos, pero tercos. Sin darse por enterados, todavía, de la muerte; oliendo a cementerio. Tengo la fantasía de que si me pongo a narrar ese proceso de finictud cercana, éste sufrirá una veloz aceleración; o quizá, al revés, todo se vuelva lento, lo que podría ayudarlos a despedirse bien de quiénes los rodean y los quieren. Principalmente despedirse de las cosas inútiles que atesoran; objetos a los que se aferran con las garras crispadas, con la ilusión de evitar la eterna noche que se viene.
Envejecer no sólo es perder reflejos, dolor en las articulaciones y cansancio ante un mínimo esfuerzo, sino ir perdiendo tristemente la dignidad; abriéndole, despacito, una puerta al ridículo y, también emanar, irradiar una luminosa pena. Es mentira que los viejos despierten ternura. Se trata de una romántica y mentirosa imagen que habrá nacido del rechazo a la carne terminada; a sus olores desagradables y a sus tristes torpezas. No voy a hacer romanticismo con eso. Sobre todo porque, después, se vuelve violencia y rabia.
Cruzando el cerco de la existencia social desaparecen títulos, roles o posición y queda, nada más, un organismo que se caga encima, que enchastra todo lo que toca con esa mierda. Nos volvemos una cosa que escupe en cualquier sitio y se mea o se babea al comer con mano temblorosa. Obligados a comportarnos como si la degradación estuviera bien. Como si todo fuera bárbaro. Como si se tratara de algo naturalmente humano, o se tratara de un designio de Dios, porque se le cantó las pelotas. Hay como un pseudo pegoteo espiritual, una pátina resignada que se deposita o que se acuesta en la mente, y que pretende, lastimera, que todo está correctamente en su lugar;cuando en realidad todo está mal. Muy mal. La existencia ha saltado en pedazos, quedando totalmente expuesto el hueso del final. Se derrumba, pues, estrepitosamente, una construcción social. Una mentira impiadosa.
Señoras y señores, tengo que decirlo sin vaselina: empezamos inmortales y hermosos. Y terminamos convertidos en un organismo inconsciente que se pudre de a poco. A una cosa que vegeta seguimos llamándolo padre o madre por puro reflejo. Es que sabemos que papá o mamá están ahí, pero hace rato partieron de su carne y ahora están en otro lado que llamamos cielo, vacío, náusea o nada, según hayamos elegido nuestra posición en la Feria. Esta gente, antes de irse, dejó tirada, latiendo, la carne que aun resta. La inútil materialidad que no podrán llevarse.


5.-
__¿Sabés una cosa, viejo? Cada vez hablamos menos. Me paso horas callado.
__Ya lo sé. Todo el tiempo te veo. Yo fui igual.
__Cuando te iba a visitar, en tus últimos años, no decías ni una palabra. Mirabas lejos, sin ver.
__Miraba adentro.
__¿Pensabas en la muerte?
__A lo mejor…También en que no había hecho nada con la vida .
__¡Cómo que no!...Fuiste un cantor. Te invitaban a todos los asados y fiestas del pueblo para cantar tanguitos. Fuiste referí de futbol. El mejor .¡Si habrás dirigido finales!...
__Si me habrán puteado también.
__Al final, ¿fuiste feliz, viejito?
__Algo. Un poquito. Pero todo lo demás fue pobreza y mucha enfermedad.
__¡Qué ricos asados hacías!
__¿Te gustaban?
__Mucho. La tripa gorda que, sequita, era como comer galletitas. La ubre doradita. ¡Y los chin
chus!...
__¿Te acordás de la parrilla que me hice hacer?
__¡Claro!...Un tanque de gasoil con compartimientos. El de arriba para poner la carne. El del medio para las brasas. Y el de abajo para las cenizas. Asabas debajo del limonero, y de vez en cuando me dabas los primeros pedacitos de asado cocido a mi solo que, te miraba y te miraba.
__¡Lindo tiempo!...Todavía estaba Perón. Vivíamos felices. Todavía nada se nos había venido abajo.
__¿Te dije que te quiero, papi?
__Sí; ahora me lo estás diciendo muy seguido. Cuando vivía, en cambio, eras muy calladito y no me decías nada de eso.
__Viejo, te voy a decir algo. Yo también estoy empezando a enmudecer. ¿Sabés?
__Ya te dije que sí. Que me dí cuenta.
s

3 comentarios:

  1. Un nudo en la garganta. Entre Rios/Texas, Bs.As./Santa. A lo mejor me hago el tanque. Un abrazo fuerte, apretado, callado, y bien Lagos. El negrito.

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  2. viejo me haces llorar a lo pavo..cuanto amor carajo y de belleza, ni hablemos. Te quiero Pá

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  3. olvide mencionar que oigo de fondo el flamenco bello de esos qe te estremecen aun mas, tremendo.
    ...y todavía no se porqué lloro, joder!

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