10.-
Tombá-tombá-tombá. Y entonces no aguanté más y salí a la vereda a sentarme en el umbral del negocio de la esquina. Tenso, a punto de deshacerme en pedacitos, sin sentir gusto alguno al pitar el Continentales. Un rato después cayó, como siempre primero, el Conejo. Robin Hood y su fiel compañero,oteando desde el follaje de un árbol enorme la venida de los enemigos( Desde esa esquina, ¡esa esquina!, para encontrarse y fantasear) Esperando a la caravana de Ricardo Corazón de León que, ahora, avanza despreocupada y risueña(¡Esa esquina aun allá, en el pasado Y que no sé por qué no se pone en movimiento nunca, carajo!) a la caravana que no, carajo. Y ya no puedo sentirme Errol Flynn. Tengo como una piedra en el estómago. Vomito-no vomito. Pero al fin lo hice, carajo; me animé. “Mirá que vamos, ché”. Despacito, por favor te lo pido, Gringo. No hagás quilombo que sino cagamos. Y pruebo la puerta con cuidado. “Ojo, Flaco, que sino se arma con el ruso” Meto la mano en el bolsillo para sentir la llave. Uf. ¡Está, está, boludo! ¡Cómo no va a estar!...
__Ahí viene el Pollo__pregonó el Conejo, como si tuviera una bocina.
Enseguida se tiró un pedo y largó la carcajada.
Me la van a manchar, estos hijos de puta me la van a manchar, no la vayan a manchar, conchudos, me repetía y pensaba en las sábanas de la cama de los viejos, Amelia, que iban a usar todos estos atorrantes con la negrita del ruso. Estoy listo si la manchan; a mamá no se le escapa ni una. Entonces el deseo de salir corriendo era una ola roja, una marejada enorme que me llevaba de un solo envión hasta el patio, hasta la calle, hasta los galpones de la estación de tren, donde ahora ladraban mil perros hijos de remilputas. Me voy, voy corriendo y saco la colcha antes de que venga el Gringo; la colcha verde con sol y rayitos en relieve; corro, la saco y le pongo papeles de diario. Eso, la lleno de papeles de diario encima, alguna toalla vieja, un trapo, cualquier cosa, con tal que no la llenen de acabada, porque es la cama de mi mamá. ¡qué joder!, guachos de mierda.
__¡Qué hacés, Flaco!...__susurró el Pollo.__Lo traje al Cacho también.
Hizo un gesto como disculpando al otro colado boludo.
__Ya veo.
No dejar traslucir mi cagazo, madre mía; alabado sea el santísimo sacramento del altar/ y la Virgen concebida sin pecado original. Y venía a la cabeza, nomás. Y por más que luchaba no se iba. Este Pollo de mierda, el Déliz, que se vino con el plomazo del Cacho; no hacía falta traer más gente. Al final no va a faltar alguno que vaya a comentar. Seguro que alguien no se va a saber quedar callado delante de papá o de algún amigo; alguien lo va a ver y decime un poco: a ver si está toda la puta República Argentina en mi casa esta noche, en MI casa, carajo, y por qué no se va a la mierda este Cacho podrido a su casa a coger con su sirvienta; qué tiene que colarse, hijo de la gran puta; y si acaban en las sábanas de mi mamá, los voy a cagar a todos a patadas, ¿estamos?...Como si no nos viera,acurrucados en el comedor debajo de la mesa, con la luz apagada, pasó el Gringo atorrante con la negrita delante de nuestras narices y lo escuchamos entrar, canchero, al dormitorio. El clic del velador, y la luz que se coló por debajo de la puerta dándonos en las caras a todos, que estábamos arremolinados cerca de la puerta como ánimas en pena. Ya nos estábamos por alejar cuando la cancel volvió a abrirse, concha de su madre, y una sombra, desconocida, se coló rápidamente; fue un segundo de vacilación. Enseguida el Conejo batió:
__¡Paquito!...¡Hijo de la gran puta!...¿Vos también?...
Y todos se empezaron a cagar de risa; sólo yo bufaba y me parecía que el país entero estaba enterado de que en mi casa nos cogeríamos a la negrita del ruso. No había derecho. Paquito ya era un hombre grande, carajo; tenía cerca de cuarenta y, todavía, se disculpaba conmigo, guacho de mierda, que estaba en casa de casualidad, nomás; que se iba a dormir, te juro, Marianito, cuando pasó el Gringo. ¿Viste cómo es?, que le hizo un cabeceo como si tuviera el as de espadas y bueno, acá estoy. Me echo un polvito rápido y me voy, loco, y como era el referí en los partidos del Tarzán, dejalo, Flaco, además lo conoce a tu viejo y por ahí se calienta y le va con el cuento; además es changador en la estación y yo lo veo todos los días porque vivo a media cuadra, y qué ganás con hacerte mala sangre; al final no se te va a parar la pija, boludo, y, además, Paquito tenía reloj, así que controlamos los diez minutos reglamentarios para cada uno, como quedamos con el Gringo, pero este hijo de puta era capaz de quedarse más y echarse otro y los minutos no pasaban nunca. No te voy a contar toda la ceremonia, Amelia, los aprontes, de entrar en puntas de pie al dormitorio. Hitchcock un poroto al lado nuestro. Cómo respirábamos agitados y nos tentábamos por cualquier cosa pegados a la puerta del dormitorio que dejaba colar la luz, como te dije, y el ruidito leve que hacía la cama. Estábamos haciendo el sorteo ( a mí me tocó tercero, cuando el Gringo de mierda me había prometido ser el segundo por ser el dueño de casa). Antes que yo, estuvo el Pollo por ser el hermano mellizo del Gringo que venía a ser el padrillo, el patrón. Cuando, de golpe, golpearon la puerta.
Esta vez sí, cagamos. Eran como martillazos que querían romper la puerta. Se oyó un gritito ahogado en el dormitorio, señal de que la negrita estaba aterrorizada; en fin, una puteada del Gringo y yo que salí a espiar aunque ahorano golpeaban.(¡Cómo estarían espiando los ojos de Fejarano!...) Abro la mirilla y encuentro otros ojos, los saltones del Tito, rengo de mierda, gritando como un enloquecido.
__¡Flaco, Flaco, abrí!...¡Marianito, abrí, abrí!...
Trayendo el aviso, la puta madre, hablando del revólver del ruso, que era un treinta y ocho largo y más vale que nos agarrara el tren si nos chapaba; que había que soltarla pero, antes, que lo dejemos echarse un polvito, que como ya estaba allí y había venido a avisar, le correspondía, decía el muy hijo de puta, montarse a la rusita, el reverendo cabrón, pero le tocó último en la cola, tomá pa’vos, y se la masticó como un duque polaco.¡No,no,no,otro más, no!...iba diciendo con los ojos la negrita del ruso cuando me vio en calzoncillos, mientras el Pollo, muy serio y señor, concentrado, la iba de Richard Widmarck; demoraba siglos en abrocharse la bragueta y subirse los tiradores de plástico que se le habían atrancado mientras yo esperaba con el asunto en la mano, tanteándolo, y la rusita que se las quería tomar. Estaba empapada, recontrapegoteada de los otros, y no había tiempo para finuras; el último, el último soy yo, te lo juro por Dios, dejame, loquita, le decía, el último y te vas; no hay más gurises afuera, te lo juro y yo jadeaba y puteaba porque detrás de la puerta se oían toses y eran los hijos de puta que prendían fósforos para alumbrarse a cada rato, estos roñosos, y cosas por el estilo. Después me enteré que era porque se pusieron a jugar al nueve, mirá vos. Paquito había traído las barajas, mientras la chatita del ruso andaba desbocada, bramando, buscando a la mujer recién comprada para llevársela, rajando, a la Colonia. Y mientras tanto nosotros se la estábamos pasando. El único pelotudo que no pudo ligar fue el Tito porque la rusita ya no podía más, estaba por desmayarse y le dio como un ataque de algo. Al final la sacó el Gringo a lo Kirk Douglas, por la puerta de atrás. Al día siguiente vino el fatídico llamado telefónico y, por el tono de mi vieja, supe que estaba sonado. Tenía que tomarme, sin falta (Fejarano, viejo hijo de puta) ¡in-me-dia-ta-men-te!... el coche motor a Uruguay esa misma tarde “Y ya vas a ver cuando llegués!”
Datos personales
- carlos lagos
- Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-
La Tierra del Arca
Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
ARTE TEXTIL
Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-
martes, 16 de febrero de 2010
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