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Para dos años van que la cosa empieza a las siete de la tarde cuando soy escupido de la oficina por la puerta giratoria…/ Recién logro respirar aire impuro en la vereda, como un pescado que es devuelto al agua y, por poco, no me chupo todo el oxígeno de la cuadra/ Lo único que no logro hacer pasar por mis cañerías es a los automóviles; no logro tragarlos porque chocan contra los dientes. BRRRrrrrrooowwwmmm…, pero, igual, me da gusto verlos sangolotearse como barridos por un ciclón/ ¡¡¡FAAAaaaaaa!!!.../ Así soy yo; potente expirando mis neuras/ Después de este ejercicio de higiene vespertina puedo, entonces, sonreír con naturalidad/ ¿Junás?/ A las siete en punto de la tarde empieza, muy señor mío de mi vida, mi existencia de persona humana, valga la redundancia/ Como a las tres cuadras de marcha, retrocedo zoológicamente, me hago bicho, comadreja, y me hundo en la tierra, retorno a ella, tal cual: entro al subte, pronto a reventar con cientos de fulanos que también, fueron escupidos, hermanitos míos, por puertas giratorias/ Qué puer/ Qué puer/…Me confundo con todos en sudores y nos tosemos mutuamente/¡Aj,aj,aj!/ Me parece justo este intercambio bacilar/ Yo aprovecho y cambio dos bacilos de Koch por uno difícil/ Y ¡ allá vamos!.../ Pasar las estaciones es como ir corriendo delante de una reja. Así://///////////////////////////////////////Para mí todas son carteles, salvo URUGUAY, porque está el Lorraine; AGÜERO, porque siempre pienso que hay un hombre repartiendo agua y MEDRANO porque ahí viene el 92 y corro a subirme para llegar a casa pronto. Reíte, Amelia; no me gusta verte triste. Reíte.