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__Viejo, contame cómo era el abuelo.
__¿Papá?...Era duro. Un tipo duro. Le teníamos casi miedo. A la hora de comer leía
para todos el diario. No volaba una mosca. Leía como el culo, pero nadie atinaba a
reírse.Y cuando se enojaba era una cosa seria.
__¿Era cariñoso con ustedes?
__Cariñoso, no. Era callado, pero bueno. Un tipo derecho.
__¿Y la abuela Teresa?
__¿La abuela?...Un pan de Dios. Ella, sí, era cariñosa.
__Ya lo sé.
__Y buenaza. Nos tapaba todo lo que hacíamos ante papá.
__¿Es cierto que era medio india?
__Sí. Charrúa. Era uruguaya y charrúa. Pero demasiado buenita. Nos protegía de todo,
nos cuidaba como una gallina a sus pollitos y no tenía ninguna idea del mal.
__¿Y el abuelo de qué se murió?
__Se murió de terco.
__¿Cómo de terco?
__Claro. El trabajaba en la compañía de teléfonos. Salía a arreglar los cables al campo,
se subía a los palos… Iba todos los días a caballo o, a veces, en carro. Nosotros lo
acompañábamos, cada tanto, para alcanzarle las herramientas. Lloviera o no,
él andaba afuera siempre.
__Pero no me contás lo de terco.
__Bueno. A veces pasaba muy cerca del anca del caballo. Nosotros le decíamos:
“cuidado, papá; te puede patear”. El contestaba: “¡Qué mierda me va a patear!...”
Y lo tocaba en las patas. Una vez hizo lo mismo y el caballo le partió la cabeza.
__¿Y se murió?
__Sí. De terco murió, nomás.
__¿Y qué pasó con la abuela?...
__Ella se fue a vivir con Tomás, mi hermano.
__¿No quiso ir con vos?
__No. Tu madre era el problema.
__¡Cuándo no!... La abuela era mansita… La recuerdo tanto…Era muy dulce…
Siempre que yo jugaba a la
pelota en el campito, enfrente de lo del tío Tomás, a eso de las 11 de la mañana
me llamaba para darme un sándwich de pulpa, hecho a la plancha. Era tan rico…
__Sí, así era. Un pan de Dios.
__¿Por qué no saliste terco como el abuelo, viejo? Estaba bueno eso… Te hubiera ido
mejor en la vida.
__No sé, m’hijo. Todos nosotros salimos con el carácter débil de tu abuela.
__¿ Era más cómodo?
__Andá a saber…No sé,m’hijo. Salimos todos medio infelices, débiles. No fuimos
peliadores en la vida.
__No, ya sé. Ninguno de ustedes dio pelea. Les parecía que eso era para los otros. Eso me obligó mucho a mí.
__Ya lo sé, m’hijo.
__Igual fue al pedo, papá. Yo, aunque peleé bastante, tampoco pude hacer un carajo.
__Dejá de joder…
__En serio…Me acuerdo mucho de cuando murió la abuela…Yo estaba en sexto.
__Sí, pobrecita…
__Yo era muy chico pero, no sé por qué, sentía que con esa muerte se terminaba, un
poco, la familia.
__Sí. Ahí empezó la desbandada, ché.