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La vieja radio Philips marrón, con su caja quebrada y remendada con tela adhesiva, que se fue poniendo sucia de tanto trasladarla por la casa, anuncia, estentórea,”Para todo el Litoral Argentino: aaaaaaa :(SONIDO DE “LA DANZA DEL FUEGO”) ¡¡¡Ber-nar-do de BUUUSS-TINN-ZAAA!!!..ennn (MAS “DANZA DEL FUEGO”) “Nazareno Cruz …y el L OOOOOBO”.
Se acurrucó en la cama grande de los viejos y se cubrió los pies con el sobretodo. Llovía y estaba el invierno oscuro de las siete de la tarde. Mejor no pensar en el mandado para después de la novela, del inmortal autor argentino (SONIDO DE VALSECITO CRIOLLO)…¡¡¡Juan Carlos….CHIAAAPEEE!!!...(BOMBOS, PLATILLOS, GRAN FINAL). Creyó oír un ruidito debajo de la cama y, disimulando, se relojeó en el espejo del ropero que le daba de frente. Siguió por la punta de las zapatillas spores, como queriendo cerciorarse que, todavía, estaban sucias de barro, para seguir, enseguida, hasta abajo, donde empezaba la oscuridad, entre las patas altas de la cama y únicamente alcanzó a ver las sandalias de la madre que parecían un gato acurrucado. Aguantó la respiración (porque me duele la garganta cuando trago) y comprobó que eran ideas suyas, nomás; mamá tendría que limpiar esa esquina del techo. Se juntan las telas, no las vio, seguro, sino ya lo hubiese mandado a papá con la caña larga que tiene, en la punta, una escoba vieja atada y Sadima es la Mueblería del Pueblo, por el locutor de L.T.8, Radio Rosario, de Rosario. Ahora viene la lista de localidades que iba a recorrer Bernardo de Bustinza con la obra; cuándo, cuándo viene a San Salvador; cuánto falta, que no lo nombra nunca, qué lejos está el pueblo de la lista, puta madre, para poder tocarlo y mirarlo de cerca. Es un sueño; comprobar que vivía, que existía de verdad y adónde podría ir a parar como no fuera al hotel del Gringo. Así que lo vería, ¡sí, sí, sí!...Se iba a quedar el día entero metido en el hotel, ayudando al Gringo con las mesas del comedor; pondría el pan, la aceitera y las servilletas con tal de verlo, y a la Griselda, también, que era rubia y hermosa pero mala y lo maltrataba sin asco al Nazareno que tenía la maldición, pobrecito, y era lobizón como el Pataco, el único lobizón de verdad que había en el pueblo, pobre Pataco, él también. Que era changador en la estación de tren y decían que se revolcaba en la osamenta de vaca y en la bosta, los viernes a la noche, cuando se volvía perro. Cuándo, cuándo: llegaría en colectivo, igual a como vino, una vez, Federico Fábregas, que también paró en el hotel, trayendo “El León de Francia” y a mí no me gustó cuando lo ví, Amelia. Era un gordo de mierda, fofo, con bigotes de milico y usaba un sombrero aludo, de paisano, mientras que yo lo imaginaba como Amok que salía en el Misterix, me parece, o como El Fantasma, y además con una espada como la de los mosqueteros, y Fábregas era un gordo ridículo que usaba un sable de hoja ancha, como los de los milicos del pueblo. Yo le dije al Gringo, enseguida, este gordo puto seguro que le pidió prestado un sable al comisario. No; así no eran, seguro que las espadas no eran así, pero Bustinza, no sé, me parece que me va a gustar.
A la noche, oh, a la noche, va a actuar en el Salón Fraternidad, que parece un teatro en serio y tiene telón de terciopelo y todo; va a estar lleno de gente y la calle no se va a poder cruzar de tantos sulkys que habrán llegado de la Colonia, porque lo escuchamos todos, los puebleros y los del campo. En fin. Un mes, por lo menos, esperar hasta que venga. Y el Fa-chi-nalll…,el Fachinal dejó escapar, otra vez…esa guitarra. Mientras la vieja Lechiguana reía, con esa risa de Mandinga que ¡Jaaaaa…ja…ja…., y Nazareno, el dulce y bueno Nazareno, ese muchacho honrado y trabajador que lleva sobre sus espaldas la terrible maldición de Satanás, va a hacer una pregunta que lo atenaza, que lo atormenta, que lo ahoga…el corazón palpitaba, rajaba a mil el loco, si me ve el Gringo se caga de risa y se lo cuenta a todos los vagos, una pregunta que lo quema por dentro como hierro candente: por qué, por qué, vieja maldita, por qué se ríe?...Por qué no calla esa guitarra que brota de las sombras malvadas del Fachinal?...Quién la toca? Quién razga sus cuerdas de maleficio?...Quién, Lechiguana?...¡¡¡Dígamelo, vieja maldita, dígamelo!!!...Ta bien. Te lo voy a decir, Nazareno; pa’ que te acordés de mí: a esa guitarra, a esa guitarra la toca, LA TOCA, OIME BIEN, NAZARENO; A ESA GUITARRA LA TOCA, NADA MENOS QUEEEE…Pero, ¡ah, sí, carajo!...los acordes del final del radioteatro se oyeron como un remate de los infiernos. Ni siquiera pudo escuchar la voz del locutor que se despedía hasta el lunes porque algo le corría por la pera y era un pequeño curso de saliva, desbarrancado por el cagazo. Cuando llevó la mano hacia la cara ya había caído y era una joya sobre la tricota descolorida. El próximo lunes, queridos amigos, para Santa Fe y para todo el litoral y la República Argentina que nos cobija bajo su cielo azul y blanco, para todos los queridos amigos que tanto nos alientan con su aplauso desinteresado y su cariño sin límites, volveremos a estar con ustedes para revelarles el terrible secreto, la verdad sobre el desventurado lobizón de Pago Largo.¡Marianito!...¡Voy, mamá!...Tal como lo supuso. ¿Terminó esa porquería?...¡Andá de una vez!
Y salió a la noche de fin de julio, bajó los tres peldaños del umbral y allá, a unos cien metros se veía como una mancha rosada. Era la puerta, que dejaba pasar una lucecita, de la panadería de Rodríguez, calentita adentro, con olor a galleta recién salida. Pero llegar a esa puerta de vidrios empañados por el frío, suponía atravesar la negrura de los cien metros, cruzar el Fachinal, sin mirar a los costados desde donde podía salir cualquier cosa; un decorado en el que todo lo que se adivinaba proponía sombras indelimitadas, llenas de silencio, y donde los perros podrían, fácilmente, hoy viernes, ser confundidos en su aullido. El Pataco vaya a saber por dónde andaba ahora, porque él no creía en lo que decían; que la madre lo ataba a un árbol en un descampado, al costado del rancho, los viernes por la noche. Así que contó hasta veinte y salió corriendo, por la dudas, con todo el miedo y el vigor de los nueve años.
Datos personales
- carlos lagos
- Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-
La Tierra del Arca
Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.
ARTE TEXTIL
Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-
miércoles, 9 de junio de 2010
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