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ESQUELITA: No es que hoy sea un lunes diferente. Pero pasa por el filtro. Buen día ayer, amor. Amarse desorejadamente, a lo loco, reconcilia con la cosa humana. Además si lo hacemos alegremente, todo el futuro puede ser creíble. Loca.
Afuera el viento y el frío lo deshacían todo; nosotros, en el cuarto, alcanzábamos la temperatura del sol. Hiroshima. Nos erizábamos en la cama, y lo que nos parecía pornografía se acostó entre nosotros, boludos, que sabemos reír. Además de quererte porque sí, te amo porque sabés degenerarte. Hacés volar en pedazos tu género femenino y sos capaz de ser sólo esencia degenerada, generadora.
Me gusta que nos amemos de tantas maneras, mi bien, en este mundo, porque se me ocurre que mucha gente, al fin y al cabo, lo hace aburriéndose, de un solo modo: como pidiendo permiso. Algunos se juntan para aburrisexuarse o sexoaburrirse. En vez, a nosotros, nos encanta abusexuar, sexogritar, reírnos como los osos. Al día siguiente me encanta encontrarte y verte ya disfrazada de señora muy respetable. Pero te brillan salvajemente los ojos, por si no lo sabés, y sé que somos cómplices. Hola.
No te afiles los dientes hoy. Esta noche seré un actor que ensaya; un empleado esclavo, descansando. Un pequeño burgués, un pequebú que duerme, un pequeño buque durmiendo. Nada de hacerme el lobo o el gato. Así que no trates de metamorfosearte. Te propongo el rol de ama de casa que ama la casa y lee Radiolandia, ve tele, mientras el oso, celoso, insensible y bruto, ronca. No sexageremos. No derramemos el don antes de que llegue la Patria Socialista. Hoy seré un tipo gentil, no genital. Y vos te cubrirás toda, te volverás indeseable, incolora e insípida; toda gorda, toda fea, toda agua, una sacerdotamelia.