Datos personales

Mi foto
Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-

La Tierra del Arca

Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.

ARTE TEXTIL

Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-

domingo, 17 de octubre de 2010

64.-
El regreso de una estrella dorada
La rosa de los vientos arrancada
Fuentes donde beber
Ah, los frutos del Árbol de la Vida
¿Dónde es que la noche amanece?
La lengua ardiente de la luz ciega los ojos
Y un hombre se vuelto caimán. Calcinándose.

Como la indefinible tristeza, Amelia, de las palabras, que siempre traicionan; la suma de malentendidos, Conejo, Gringo, Roberto; o, por ejemplo, vos, Mariano, yéndote del Tarzán Atlétic Club para pasarte al cuadro de los pitucos; o los dos, Gringo, ensuciándonos con un enojo porque me trampeaste a la tapadita. Las veces que tuve que seguir fingiéndome ofendido porque la puta que te parió, la madre es sagrada y todo eso, Amelia; como la cantidad de momentos en que vos y yo, como sonámbulos ¿ para qué?, caminando por esos cuartos de Dios; en el primero yo, donde está la foto de Artaud, y vos mirando la tele, como una vecina más que después debe lavar los platos. Para qué estarse mirando fijo en el espejo de la cómoda donde se refleja el cuadro de Alejo, si las piernas, bajo las frazadas, están mintiéndolo con los roces. Para qué escribir. Si las palabras ya sabemos.
También la carta de Alejo desde Nueva York cinchando hinchando con todas las gordas velas desplegadas por la necesidad de hacer gestos. Debe ser eso lo que me lleva meter palabras, a matarlas, siguiéndose como vienen y como pueden; ¿ para qué ocurre?
Si será posible incendiar la blancura de las páginas, volverlas carbón de cabrón, si revienta algo por ahí. Mientras tanto caminar,¿no, Amelia?, en el aprendizaje de convencer a gallegos y judíos con el corretaje de las calculadoras NCR, pobrecito, mi amor, que, señor, es lo más avanzado en máquinas de calcular; la más segura garantía de que sus intereses estarán bien resguardados, pata y pata, por cafetines de Paseo Colón y esa anhelada, ahora, calle Defensa, por donde empieza a verse el agujero donde nunca habrá de construirse el departamento que soñamos y buscamos para bañarnos, diariamente, con agua caliente corriendo por la cara; por mis brazos, por tus piernas, y bajo el torrente imaginario te beso y me besás.
Elegime pilchas que maten, Amelia; vos date toda la biaba que, juntos, matamos, juntos morimos; yo me curo de los fuelles, vuelvo a respirar bien, ¿querés?, y cuando esté sanito de la tuberculosis soy capaz de ponerme a tocar Adiós Nonino con los pulmones. Por ahí se da el campanazo, ¿eh?, y vuela el sonido del badajo hasta el pueblo; hasta el mismísimo carajo. ¿Eh, Gringo? ¿Eh, Conejo? ¿Eh, Roberto?...Salta la banca de las ilusiones de la infancia y ¡Flaco, Flaco, lo hiciste, loco; yo sabía, ¿viste?, yo tenía fe en vos, Flaco de mierda, hijo de puta!...Hiciste bien, muy bien, en tomártelas del pueblo. Mirá ésto, todo está igual, la timba en el club, los vagos, toda esa mierda; pero ahora ya no es como antes, cuando vos estabas. No; hiciste bien, Flaco viejo. Ahora que sos famoso, vení, vas a ver qué lindo; vení a tomar mate, vamos al Club, a la alcantarilla; vení, Flaquito, ahora. Ahora sí. Vení a ver a la Angélica recostada en la vidriera, y esperándote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores