Datos personales

Mi foto
Actor,director y docente teatral.Escritor (novela, cuento,poesía y dramaturgia) Artista textil.-

La Tierra del Arca

Hola a todos:
He abierto este blog para hablar de arte y compartir obras. Me llamo Carlos Lagos, tengo 68, y la vida entera dedicada a intentar crear en el campo del teatro, la ficción, la poesía y ahora, de viejo, luego de un buen infarto, arte textil.
Quizás a alguien le guste o interese un poco lo que hago o he hecho. Es mi botella al mar. Está flotando y vaga buscando un rumbo. Alguna respiración humana parecida.
Ya salgo. Ya vuelvo.

ARTE TEXTIL

Estos trabajos intentan metaforizar el genocidio realizado en la Patagonia, primero con los pueblos originarios y luego con militantes populares. Traté de eludir la anécdota directa y representar los hechos desde la abstracción geométrica. A lo mejor les gustan un poco. Faltan algunos que pronto publicaré.Díganme qué les parecen. Gracias.-

lunes, 25 de octubre de 2010

68.-
Llueve sobre el galpón. Entonces llueve con ruido a lata. Como el galpón no es más que un techo de chapas de dos aguas, el agua celeste y el agua terrestre, adelante y atrás, es barro mantecoso y, debajo, frío por donde pasa fuerte el viento. Pero igual hay un Rugby 4 y un Chevrolet Campeón guardados, que atajan bastante y, detrás, una pila de bolsas de trigo con olor a humedad, a invierno, ché, Gringo; ché, Pollo; ché. Llueve, chapa chapa, sobre el pueblo. Te acordás que, eso sí, todavía no tenías límite alguno y eras un lindo gurí, ¿no?...Esta siesta que te ocurre ahora, es la de cuando mirabas, por no sé qué puta vez, las barajas del truco que jugaban ellos, mientras te sentías extranjero por no entender, y estaba Sandokán y todo eso que te guardabas para vos solo; a lo sumo te reivindicabas si mascabas, como interesado y festejante, un poroto para marcar tantos, te reías con algún verso del Gringo cuando ligaba una flor:”porelríoparanáveníanavegandounpiojoconunhachazoenelojoyunaflorenelojal”,que lo parió …Llueve, llueve, llovía. ´´´´´ ´´´´´. Al rato cayó la Coca Peralta con la hermana más chica, que andaría por los cinco años. No sabía explicarme cómo hacía este Gringo de mierda para ingeniárselas pero, enseguidita, la Coca estaba con la bombacha bajada, mostrando todo, subida a una bolsa de maíz, haciendo su strip campesino, y nosotros como haciéndonos los boludos indiferentes, pero con el pito parado al ver cómo se reía y se hacía la tontita, como si no se diera cuenta de nada, frotando ese pedacito de carne blanca que, para nosotros, era únicamente la cara del cura Ferré, o sea la cara de Dios, que le dicen; y enseguida el Gringo, canchero como Cary Grant, echándonos a la mierda a todos, que éramos unos giles, y mandando a la hermana más chica a juntar vidrios de colores para decorar las tortitas de barro que íbamos a hacer después, se la llevó atrás de las bolsas. Y cuando apareció de nuevo, con cara de venir de experiencias que no eran todavía para guachos como nosotros, dijo: ché, dame un Américan Club. Y lo encendió haciéndose el raro. Ah, sí, Amelia. Yo miraba el chorro de agua que se estrellaba fuerte contra una huella inundada del Chevrolet, y los sapitos renegridos que salían de los canteros con malvones; y tenía bastante frío. Entonces, después de dos o tres puchos, venía la mariconada. Ché, me tengo que ir a tomar la leche y viene al bocho enseguida la cara severa de mi vieja de cuando era más joven y todavía se puteaba lindo con mi viejo; y llega, también, una taza bien caliente, con pan fresquito, recién salido del horno, y toda la manteca casera que quisiera. Todo eso viene.

Yo bien sé que la vuelta es un mito.
Una idea de
aliento cortado por el cuchillo cotidiano.
Pero se trataba de huir
hacia la pureza. Entero como una fruta,
sin mácula.
Intocado por el ácido de lo sabido.
Bien sé que el amor es
un vino
para acompañar a la comida esencial. Un nombre
de mujer desnuda. Una noche
de invierno, antes de quedar
solos
solos. Totalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores